Para éstas fechas todos sabemos que Carlos Slim decidió vender activos de Telcel y/o Telmex para saltarse las reglas asimétricas que recaen sobre los agentes preponderantes y poder ofrecer triple play. Lo que no sabemos es quién se quedará con parte de ese negocio tan jugoso.
Axtel ya levantó la mano, le agrada la idea de comprar antenas transmisoras. Pero no es la única empresa interesada.
En la puja por hacerse de parte de esos activos de América Móvil seguramente estarán la estadounidenses AT&T y Verizon. La primera era accionista importante de América Móvil pero decidió vender para irse por su cuenta; es posible que la venta de acciones haya formado parte del plan, porque ahora AT&T está habilitada para comprar esos activos y establecer su negocio. Al final de cuentas, el mercado seguirá siendo de Slim y de AT&T.
Verizon y AT&T controlan el mercado estadounidense y no permiten competencia. Hay un bonito duopolio. Los competidores menores (como T-mobile) se ven obligados a pagarles renta por usar su espectro y sus torres de telefonía móvil, lo que aumenta los costos de operación para las pequeñas empresas del ramo y, por ende, incrementa el gasto del usuario final.
Y bueno, si se habla del internet móvil, Verizón y AT&T le cobran cifras exhorbitantes al resto de operadores cuando usan sus redes, mismas que por lógica elemental son trasladadas a las facturas del usuario.
Ese Roaming de Datos por el que los usuarios de T-mobile terminan pagando 3.6 veces lo Verizon cobra a sus usuarios y 6 veces lo que AT&T con los suyos.
Si esos competidores llegan al mercado mexicano, nada, absolutamente nada habrá cambiado.
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